Un diccionario de inventos electorales

Un lenguaje nuevo está surgiendo en la política argentina, integrado por expresiones inventadas para dar cuenta de una realidad que desafía la lógica más elemental de una elección. En la versión tradicional, un candidato integra la lista de un partido o de una alianza porque aspira a obtener suficientes votos como para ocupar un cargo.

Pero la cercanía del 28 de junio exige una actualización conceptual, que podría compilarse en un diccionario o guía práctica para el votante, en el que no deberían faltar los siguientes términos:

  • Candidatos testimoniales: dirigentes que figuran en la boleta aunque no tienen ninguna intención de ocupar el cargo para el cual piden el voto. Por lo general, ya ocupan un cargo electivo de mayor jerarquía al que disputan de manera "testimonial" (ejemplo, el gobernador Daniel Scioli, que se postula a diputado nacional; el vicegobernador Alberto Balestrini, para legislador provincial; y unos 40 intendentes que lideran la lista de concejales en sus distritos) ¿Y si en lugar de simular que aspiran a un cargo que no ocuparán filmaran una publicidad de apoyo al candidato que pretenden respaldar?
  • Candidatos eventuales: candidatos testimoniales que se declaran dispuestos a asumir "eventualmente" los cargos a los que se postulan, pero con el fin de evitar que la Justicia los impugne. Scioli no dejará la gobierno de la mayor provincia para ser uno entre 257 diputados, pero a la Justicia le dijo que no tiene una decisión tomada aún. Lo suyo es eventual.
  • Candidatos con portación de apellido: los funcionarios que rehuyeron las testimoniales, optaron colocar en las listas a parientes del mismo apellido (el intendente de La Plata, Pablo Bruera, promocionó a su hermano Gabriel; y el intendente de Hurligham colocó al frente de la lista a su hijo Fabricio Acuña). Las esposas cumplen una doble función: llevan el apellido de casada a la boleta y cubren la exigencia del cupo femenino (como Marta Curto, la mujer del intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto).
  • Candidatos quinieleros: candidatos "a la cabeza y a los premios". Suele ocurrir en elecciones presidenciales: dirigentes que se han presentado para disputar el cargo máximo y, al mismo tiempo, un cargo legislativo. Objetivo: no quedar con las manos vacías ante una derrota en la apuesta mayor. La Presidenta habló de esta modalidad ante las críticas a las candidaturas testimoniales y el Frente para la Victoria sacó de los archivos una boleta de otra elección en la que Jorge Macri, primo de Mauricio, fue candidato a gobernador y a diputado.
  • Candidatos importados: nacidos y criados en una provincia, pero se presentan en otra. Este fenómeno tampoco se estrena el 28 de junio, pero esta vez hay parece más grotesco. En el oficialismo se destaca Néstor Kirchner, tres veces gobernador de Santa Cruz y ahora residente de Olivos. En la oposición, la legisladora porteña Silvia Majdalani, que presentó un contrato de alquiler en un country para ser candidata del otro lado de la General Paz, y Marta Velarde, actual diputada por Santiago del Estero, ahora candidata porteña por el Acuerdo Cívico y Social.
  • Listas colectoras: son listas idénticas a otras en las candidaturas para cargos nacionales y provinciales, pero en el municipio llevan diferentes candidatos a concejales. Estas listas nacen porque los partidos políticos no hicieron elecciones internas. Como dijo Hugo Moyano, todos fueron ubicados "a dedo". Y cuando la dedocracia fracasa aparecen a las listas colectoras. El kirchnerismo las impuso en el distrito bonaerense en 2007. Para el 28 de junio, se inscribieron ahí más de 30 colectoras del oficialismo, unas 40 ligadas a Julio Cobos, otras 20 por desacuerdos entre los aliados de Margarita Stolbizer, y unas 80 para subsanar los permanentes desacuerdos entre Macri, De Narváez y Solá.
  • Listas espejo: listas con candidatos idénticos, pero diferente número de boleta. Así, algunos candidatos tienen doble presencia en el cuarto oscuro, y suman los votos de ambas boletas. Kirchner quiere tener en Buenos Aires dos boletas, una del Partido Justicialista y otra del Frente para la Victoria. Todo suma (y en algunos casos es una estrategia geográfica: el número de la boleta indica su lugar en el cuarto oscuro, siguiendo un orden cronológico). El Frente Justicialista para la Victoria, en la provincia de Buenos Aires, está integrado por 11 sellos. Para complicar más el panorama, esos sellos pueden funcionar como lista espejo en un distrito y como lista colectora en otra (el Partido Progreso Social, por caso, es una colectora kirchnerista en Morón y sirve de lista espejo en La Matanza).
  • Listas para la confusión: las que llevan a la cabeza un apellido muy parecido a otro para inducir al error y quitarle votos al más conocido.
Al fin y al cabo, más allá de las denominaciones, los candidatos testimoniales, los eventuales o de portación de apellido, así como los quinieleros, las listas colectoras o las listas espejo, sólo son aportes a la confusión de los ciudadanos y una muestra de que en estas elecciones solo se juegan los cargos y no la solución a nuestros problemas.

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